sábado, 11 de abril de 2015

A Blanco y Negro



Era una noche fría, donde solo me abrigaban los recuerdos, mientras soltaba en la mecedora todo el peso de mi vejez, decidí invertir tiempo en mi. Ahí estaba yo, comencé una caminata por las calles de este terreno que no se desea pisar jamás. “Vieja amiga, ¿Donde te has metido? Te me has escapado de mis pensamientos, ya casi ni te siento,” le dije, sin mas rodeos.

El silencio consumió mi pregunta, no hubo repuesta alguna, solo tropezaba con personas ya ni visibles para mi. Todo parecía de años antiguos y no era culpa de mi visión, es que a blanco y negro siempre imaginaba yo. Lo que si se es que te vi, fuiste la única imagen clara de mi caminata, te encontrabas radiante como siempre, muy serio y callado, como si hubieras muerto. Mi corazón tomó fuerzas, los latidos se oían más que mis propias pisadas, miré hacia atrás para buscar tales huellas que me regresaran a mi realidad, pero era ya muy tarde. Los nervios se apoderaron de mi, mis piernas estaban al punto de fallar, hasta que vi tus ojos. Miré tus ojos como si fuera la primera vez, sentí todo el amor que te tuve fluyendo junto con mi sangre. Un desesperado “vuelve” salió de mi boca, tu sonreíste tiernamente, extendiste tu mano para rozarla con la mía, y ahí entendí que había llegado el día. -Por fin aquí, corazón.-

“Que linda vida, que bello es saber que amé.”


-Amé tanto que mi corazón se apago para donárselo al cielo eterno o a un Dios.-

Flavia Núñez

Nota: A pesar de que, a simple vista, este escrito intenta describir un amor que existió entre dos personas en algún momento de sus vidas, el amor de dos personas destinadas a estar unidas mas alla de la muerte. Lo que realmente este escrito pretende describir es, mas bien, el inicio de un amor, de mi amor, del primero y, posiblemente, el único que he conocido.

6 comentarios: